.:: Historia de Puno

 

LA FUNDACIÓN DE PUNO
Carlos Portugal Mendoza

¿Cuando se fundó la ciudad de Puno? Esta simple pregunta motiva diferentes y contradictorias versiones que a continuación presentamos.
1. La fundación española de Puno
Tradicionalmente se considera que la ciudad fue fundada el 4 de noviembre de 1668 por el Virrey Conde de Lemos, con el nombre de Villa San Carlos de Puno, versión originada en el libro de José Antonio Encinas "Historia de la Fundación de la Ciudad de Puno" (1924), donde se cuenta que el Virrey llegó al altiplano para poner orden en las disputas entre viscaínos y andaluces por las minas de plata de Layqaqota (lago embrujado), asentamiento minero establecido por los hermanos José y Gaspar Salcedo.
Para reprimir los conflictos y apoderarse de las minas, el Virrey dispuso la destrucción de San Luis de Alva, el pueblo levantado al lado de las minas de Layqaqota y el traslado de su población al cercano poblado de Puno, "...así lo anunció en el bando que hizo pregonar el 3 de noviembre de 1668. El 4 del mismo mes, día de San Carlos de Borroneo, después de una solemne misa en la iglesia del pueblo, declaró el virrey, que el pueblo de Puno sería en lo sucesivo la capital de la provincia de Paucarcolla...confirmándole luego el título de villa" [1].
La versión de Encinas consigna la leyenda sobre el descubrimiento de las minas por parte de José Salcedo se habría producido por información de una mujer indígena, tema al cual Ricardo Palma dedicó una de sus tradiciones [2] refiriendo que luego de la muerte de José Salcedo, la indígena hizo desaparecer las bocaminas de Layqaqota. Sobre estas referencias y la tradición oral, José Portugal Catacora se explayó en su cuento y la obra de teatro infantil "Malika"[3]
En base a la versión de Encinas, en el año 1945 el Consejo Municipal Provincial de Puno declaró como fecha oficial de fundación el 4 de noviembre de 1668.
2. Puno, una ciudad sin fundación española
La versión tradicional de la fundación de Puno el 4 de noviembre carece sin embargo del Acta o proclama escrita de dicha fundación, la misma que nunca ha sido encontrada. A ello lo se suma el hecho demostrado de que el Conde de Lemos no estuvo en Puno en esa fecha, sino en Cusco. Así lo señala José Luis Ayala, en su libro "El Lago de los Brujos" (2007), el cual recoge lo señalado en los "Anales del Cusco 1600-1750"(1901): "Llegó el Virrey a Puno por el mes de julio y quitó la vida a Salcedo...después de arruinado Laycacota hizo el Conde la nueva población, su fecha en Puno, 9 de setiembre. De regreso a este lugar entró el Virrey al Cusco, miércoles 4 de octubre...salió del Cusco el miércoles del 7 de noviembre en dirección de Lima" [4].
Para mayor prueba, con la acuciosidad que lo caracteriza, Ayala exhibe la pintura de Basilio de Santa Cruz de Pumaqhallo, ubicada en el primer patio del Convento de San Francisco de Asís del Cusco, en cuya leyenda dice literalmente "El excelentísimo S.D.P. Fernández de Castro Conde de Lemos de Andrade entró en este Convento el 5 de noviembre en el año de 1668..." (Ayala, 2007).
La demostración de que no se habría producido la fundación española de Puno el 4 de noviembre de 1668, es el punto de partida para una reflexión de mayor alcance por parte de Ayala, sobre la necesidad de contar con una historia local asentada en la multiculturalidad de Puno. Dice en ese sentido: "Es necesario cultivar la memoria social y romper con una tradición deleznable . En vez de festejar la fundación española de Puno, se debe tener presente la destrucción de San Luis de Alba donde se aniquiló el incipiente embrión de una economía regional y la posibilidad de una temprana república andina. La ideología de la cultura dominante y sus adherentes, durante muchos años se han dado maña desde la administración publica para festejar y fijar en la memoria de los habitantes del Collao, la nunca jamas habida fundación española de Puno. Cuando precisamente ese dia 4 de noviembre, en 1780, José Gabriel Tupac Amaru II, inició la revolución americana. En vez de persistir en el error, deberíamos conmemorar esa fecha a nuestros mártires andinos" [5].
3. La fundación (?)española del 9 setiembre de 1668.
Como se ha visto, si bien el Virrey Conde de Lemos no habría estado en Puno el 4 de noviembre, tal como lo señala los "Anales de la Gran Ciudad del Cusco", sí habría dispuesto el 9 de setiembre de 1668 "la nueva población" con el traslado de los habitantes de San Luis de Alva. Otro documento, el texto de Diego Esquivel y Navia (1700-1779) "Noticias cronológicas de la gran ciudad del Cusco" (1980), corrobora lo mismo, refiriendo además que las disposiciones del Virrey sobre Puno estarían en el "libro 12 de Provisiones de esta ciudad (Cusco) a fojas 262" [6].
Muchos historiadores peruanos han señalado en base a estas y otras fuentes, que Puno fue establecido por el Virrey Conde de Lemos el 9 de setiembre de 1668 en base al traslado de los habitantes de San Luis de Alva al pueblo de Puno o San Juan de Puno. Sin embargo, el traslado de habitantes de un pueblo a otro no es propiamente una fundación, salvo que así lo manifieste el acta de dicha disposición, si existe y se llega a encontrar [7].
4. La fundación ancestral de Puno.
Más allá de la discusión sobre si hubo o no fundación española, lo cierto es que un asentamiento humano ancestral se ubicaba en el lugar donde hoy se emplaza a ciudad de Puno, asentamiento que fue más notorio con las culturas Pucara, Tiahuanaco, Colla e Inca, que han dejado restos arqueológicos en lo que es la actual ciudad de Puno. Como lo señala Rene Calsín Anco, en su artículo "Del pueblo de Puñuy a la ciudad de Puno". el pueblo de Puñuy resultó formado por pobladores qollas en los años aurorales del siglo XVI, cuando Huayna Cápac gobernaba el Tawantinsuyo; porque en la administración de este inka se cambió la sede del Qollasuyo, de Hatunqolla a Chucuito. El cambio de la capital propició un rediseñamiento del Cápac Ñan o camino real de los inkas...precisamente en ese lugar de la bifurcación del camino real de los inkas emergió y floreció el pueblo de Puñuy" [8].
Puñuy, en quechua significa "lugar de dormir", aludiendo a que se trataba de un lugar de descanso en el viaje. Se trataba del pueblo ubicado en el limite entre Collas y Lupaqas y luego entre quechuas y aymaras (Torres Luna, 1968).
Cuando los españoles invadieron el altiplano, encontraron como Curaca del pueblo de Puñuy al señor de Cacha p Chacha, con 500 tributarios bajo su mando, tal como lo señala la cédula del 1° de agosto de 1535 con cual Francisco Pizarro entregó a Gómez Mazuelas los repartimientos de Puno y Chupa de la provincia del Colla (Calsín, 2009).
En los albores de la colonia, el pueblo de Puñuy, siguió siendo parte del eje vial del altiplano, siendo registrado por los cronistas españoles como Puno o Puño. Así, el Licenciado Vaca de Castro, en 1543, en sus Ordenanzas de Tambos, consignaba que "de Paucarcolla se iba al Pueblo de Puno". En 1591, sobre el pueblo de Puno o Puñuy, se estableció el pueblo de San Juan de Puno, en ese año se mandó la construcción del templo de San Juan.
Recapitulando lo conocido hasta la fecha, Calsín, afirma que el 9 de setiembre de 1668 el Virrey Conde de Lemos funda la Villa de Nuestra Señora de la Concepción y San Carlos, cerca al pueblo de San Juan de Puno (Puñuy), con el respectivo trazado del asentamiento, distribución de solares y señalamiento de sitios para la plaza principal (hoy Plaza de Armas de Puno), la iglesia matriz y otras instituciones. Además, que la Villa se convirtió en capital del corregimiento de Paucarcolla, y que ocho semanas después, el 4 de noviembre, se realizaba la misa de acción de gracias que solemnizaba la instauración de la nueva Villa.
"A los pocos años de la fundación española de la villa, el pueblo de San Juan y la nueva villa confluyeron en una sola población, a esta población se solía llamar villa de Puno" (Calsín, 2009).
5. La eterna fundación de Puno
Al margen de estas ideas, cada año el 4 de Noviembre los puneños celebramos la existencia de Puno, habiendo incorporado desde la década del cuarenta del siglo pasado la escenificación de la salida de Manko Capac y Mama Ocllo del Lago Titicaca para fundar el imperio de los Incas. De alguna manera con esa escenificación y las alegres y bulliciosas actividades musicales que reflejan la diversidad cultural del altiplano, Puno se refunda cada año en su triple esencia de ciudad de origen aymara, quechua y mestiza.